domingo, 10 de abril de 2016

Disfrutando el peligroso gustito de la libertad (Galeano, 2015, p.71)



Alarma: ¡Bicicletas!
    
    – La bicicleta ha hecho más que nada y más que nadie por la emancipación de las mujeres –decía Susan Anthony.
     
      Y decía su compañera de lucha, Elizabeth Stanton:
     
      – Las mujeres viajamos, pedaleando, hacia el derecho al voto.
     
     Algunos médicos, como Philippe Tissié, advertían que la bicicleta podía provocar aborto y esterilidad, y otros colegas aseguraban que este indecente instrumento inducía a la depravación, porque daba placer a las mujeres que frotaban sus partes íntimas contra el asiento.
   
    La verdad es que, por culpa de la bicicleta, las mujeres se movían por su cuenta, desertaban del hogar y disfrutaban el peligroso gustito de la libertad. Y por culpa de la bicicleta, el opresivo corsé, que impedía pedalear; salía del ropero y se iba al museo.

(Galeano, 2015, p.71)